Programa Solidario Institucional - Santiago del Estero


Queremos compartir con ustedes una reflexión de Alfonsina Fauda Trettel, alumna de sexto año de Sede Tortuguitas y una de las CAS Captains del año 2019, en la que narra su vivencia y aprendizajes durante el Viaje Solidario a Santiago del Estero en el marco del Programa Solidario Institucional. 

Al fin llegó el 3 de Julio y el famoso viaje a la escuela de Pepa. Al fin, después de todo un mes de mucha planificación para la colecta, de mover cajas de acá para allá, de clasificar las donaciones para las distintas escuelas. Al fin, después de casi dos horas haciendo un Tetris con las donaciones para que entren todas en el micro, partimos a Santiago del Estero. A pesar de que viajamos 18 horas, no dormimos mucho. Algunos dirían que fue por el mate, pero les puedo asegurar que fue por la euforia y exaltación que teníamos en el micro. Igualmente, una vez que llegamos a la escuela el cansancio se convirtió en energía, para trabajar, para pintar, para colaborar y para jugar con los chicos - ¡estábamos llenos de expectativas y entusiasmo! -

Eventualmente abandonamos la ruta para tomar un camino de tierra, en el cual nos encontramos a Juan Domingo, el maestro de la escuela, esperándonos con el guardapolvo puesto, apoyado contra el alambre. Cuando entramos a la Escuela 399 sentí el primer ‘cachetazo de realidad’. La escuela, en medio de tanto campo, llama la atención. Actualmente tiene sólo 7 alumnos y una de las razones por las que el colegio decidió seguir con el apoyo es para que no cierre definitivamente.  Nos esperaban con una sonrisa de oreja a oreja, con muchas ganas de ayudar, y con la comida lista.

Tuve el agrado de almorzar al lado de Juan Domingo, que me dio algunos detalles de la vida en la escuela rural; me contó que desde hace más de un año que estaban sin electricidad, que para tener agua tenían que sacarla de un aljibe, que para visitar a su familia los fines de semana tenía que viajar más de 2 horas en moto, a veces con un calor de 40 grados y otras veces con lluvia y viento. 

Cada una de las conversaciones tanto con los alumno como con sus familias me dió una nueva perspectiva acerca de la realidad. Nuestra realidad no es la de muchos y muchas cosas que damos por sentado, para otros son un lujo. La importancia de ser agradecidos y no dar nada por sentado es una de las grandes reflexiones que me llevo de esta vivencia.

En este viaje viví una experiencia muy linda, compartida con amigos, profesores y la Escuela 399, pero sobre todo, una experiencia muy enriquecedora que me deja recuerdos para toda la vida.



Proyecto Solidario - Santiago